P A U L O F R E I R E
Hijo de una familia de clase
media pobre de Recife, Brasil, nació el 19 de septiembre de 1921. Freire conoció
la pobreza y el hambre durante la Gran
Depresión de 1929, una experiencia que formaría sus preocupaciones
por los pobres y que le ayudaría a forjar su perspectiva educativa.
Freire ingresó en la
Universidad de Recife en 1943, en la Facultad
de Derecho, donde estudió filosofía y
psicología del lenguaje al mismo tiempo. Se incorporó en la burocracia estatal,
pero nunca practicó la abogacía, sino que prefirió dar clases de portugués en
secundaria. En 1944 se casó con Elza Maia Costa de Oliveira, que era
profesora de primaria. Tuvieron cinco hijos y colaboraron por el resto de su
vida.
En 1964 un golpe de Estado militar puso fin al
proyecto: Freire fue encarcelado como traidor durante 70 días. Tras un breve
exilio en Bolivia, Freire trabajó en Chile durante cinco años para el Movimiento
Demócrata Cristiano por la Reforma Agraria y la Organización
para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas.
En 1967 Freire publicó su primer libro, La educación
como práctica de la libertad. El libro fue bien recibido y se le ofreció el
puesto de profesor visitante en la Universidad de Harvard en 1969. El año
anterior había escrito su famoso libro Pedagogía del oprimido, que
fue publicado en inglés y en español en 1970. Debido al conflicto político entre
las sucesivas dictaduras militares autoritarias y el Freire socialista
cristiano, el libro no fue publicado en Brasil hasta 1974, cuando el
general Ernesto Geisel tomó control
de Brasil e inició su proceso de liberación cultural.
En 1997, el día 2 de mayo, a sus 75 años, falleció Paulo
Freire; días antes de su muerte él mismo aún debatía sobre las nuevas
perspectivas de la educación en el mundo. Su pensamiento pedagógico continúa
vigente en nuestros días. Se considera que sus aportaciones sobre la
alfabetización crítica emancipadora son un referente obligado en las nuevas
aproximaciones socioculturales sobre la lectura y la escritura en el mundo
contemporáneo. Así, por ejemplo, las teorías críticas y los Nuevos Estudios de
Literacidad, recuperan buena parte del legado freiriano.
La pedagogía crítica constituye
un campo de docencia e investigación que ha tenido como impulsor principal a
Freire. En esta línea de trabajo se encuentran los estudios de Giroux, McLaren, Apple, Macedo.
PAULO FREIRE Y LA PEDAGOGIA
CRÍTICA
La pedagogía crítica ha
sido considerada en la actualidad como el nuevo camino de la pedagogía, una en la cual se invite a las dos partes
involucradas a construir sociedad desde la conciencia de los problemas sociales
que se viven a diario y que afectan de manera directa e indirecta a las aulas
de clase. Unos de los representantes de esta pedagogía fue Paulo Freire, ex
ministro de educación de su país, Brasil. Freire planteó que la educación en cada país debe
de convertirse en un proceso político, cada sujeto hace política desde cualquier espacio donde se encuentre y
el aula de clase no puede ser indiferente frente a este proceso; para este
crítico de la educación, se debe
construir el conocimiento, desde las diferentes realidades que afectan a los
dos sujetos políticos en acción, aprendiz y maestro.
El maestro debe de ser el ente
que lleve a los aprendices a pensarse la sociedad en la cual están
desarrollando su proceso de aprendizaje, deben de construir desde los
conocimientos previos que estos llevan al aula de clase, ya que son ellos un
reflejo visible y fiable de las realidades sociales. Por su parte el aprendiz
debe construir el conocimiento como un acto político, desde la relación con el
maestro y los demás aprendices dentro del aula, para pasar de ser seres
sociales pasivos a seres sociales activos, críticos y pensantes de la sociedad
en la que están sumergidos. El pensamiento crítico
dentro del aula no puede llevar a sus entes a ser seres negativos, por el
contrario el negativismo debe de estar totalmente alejado del pensamiento
crítico para no sesgar la mirada a lo positivo que se está viviendo y poder
seguir construyendo desde la realidad.
LA ALFABETIZACIÓN CRÍTICA
La alfabetización crítica, también conocida como alfabetización liberadora o conscientizadora, es el
pensamiento pedagógico de Freire, así como su propuesta para la alfabetización de adultos, que inspiraría los principales
programas de alfabetización en Brasil a comienzos de los años 60. Freire elaboró
una propuesta de alfabetización cuyo principio básico era A leitura do
mundo precede a leitura da palavra (La lectura del mundo precede a la
lectura de la palabra). Su objetivo es, incluso antes de iniciar el
proceso de alfabetización, llevar al educando a asumirse como sujeto de
aprendizaje, como ser capaz y responsable; así como también sobrepasar la
compresión mágica de la realidad y desmitificar la cultura letrada, la cual el
educando está iniciando. Durante este proceso el estudiante va desarrollando
una visión crítica que le permitirá convertirse en un agente de cambio y/o
producción cultural, en oposición al modelo de reproducción cultural que impera
en la escuela.
En sus reflexiones sobre el
acto de leer, Freire explica como en su primera infancia lo primero que
aprendió a leer fue su mundo inmediato que, aunque pequeño, brindaba una gran
riqueza de experiencias sensoriales. Sonidos, olores, colores y texturas
representan los “textos”, “palabras” y “letras” en este contexto. Esta primera
lectura se ve enriquecida también por el universo del lenguaje de los mayores
quienes en sus conversaciones, a las cuales se ven expuestos los niños,
expresan sus creencias, gustos, recelos y valores. Para Freire, sus padres y su
profesora de infancia, Eunice Vasconcelos,
desempeñaron un papel importante en este proceso; él resalta la importancia de
esa primera experiencia con la lectura, en donde el adulto puede tener un rol
significativo, promoviéndolo o dificultándolo. Ya en su adolescencia, junto a
su profesor de lengua portuguesa, José Pessoa, Freire
constituye la comprensión crítica, a través del ejercicio de la percepción
crítica de los textos leídos, textos que se ofrecían a su búsqueda inquieta.
Poco después, a la edad de veinte años, Freire empieza su labor como docente en
los primeros cursos de secundaria y es allí cuando él comienza a poner en
práctica su propuesta al permitir a los curiosos estudiantes descubrir los
contenidos académicos en forma dinámica y viva, en el cuerpo mismo de los
textos. La memorización mecánica de la descripción de un objeto no primaba en
el quehacer diario, por el contrario, se daba prioridad al aprendizaje de su
significación profunda; de esta manera, se lograba la memorización y posterior
fijación.
EDUCACIÓN BANCARIA
Paulo Freire en su libro
"Pedagogía del oprimido" hace una crítica a la educación que toma a
los educandos como recipientes en los cuales será depositado el saber. A este
tipo de educación la llamó bancaría o pedagogía tradicional de los opresores puesto que, el
educador es el único poseedor de conocimientos y es él quien va transmitir los
conocimientos a los educandos, de tal forma que estos se convierten en sujetos
pasivos y por tanto en sujetos oprimidos. En vez de comunicarse, el educador
hace comunicados, meras incidencias, reciben pacientemente, memorizan y
repiten.
Freire hace referencia a una
de las actividades que comúnmente desarrolla el docente, la narración. Nos dice
que "La narración, cuyo sujeto es el educador, conduce a los educandos a
la memorización mecánica del contenido narrado. Más aún, la narración los
transforma en “vasijas”, en recipientes que deben ser “llenados” por el
educador. Cuando más vaya llenando los recipientes con su depósitos, tanto
mejor educador será. Cuanto más se dejen “llenar” dócilmente, tanto mejor
educandos serán.”
Freire consideró que la
educación bancaria debe cambiar a una educación con una visión crítica del
mundo en donde vivimos, puesto que, no permite la conciencia de la
realidad y la liberación de los educandos y sólo sirve a la clase dominante u
opresora.